Que tonto de mi creer
en el destierro de tu amor
en el exilio se tu alma
en el olvido, de tu recuerdo.
Caminé sin saberlo
en él imperio que lleva a tu puerta
y me refugie del tiempo pedido
en el aliento tibio de su beso.
Que tonto de mi creer
que el pasado se olvida
que el mañana llegaría
que el ahora duraría.
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