jueves, 22 de marzo de 2018

Muere él verano

Se acortan los días o su luz
la hierba se viste de café y oro
las horas se desvanecen una a una
se desgranan frente a mi como castillos de arena.

Este joven en silencio camina sin prisa
pero su aroma y presencia se avecinan
el ave se dispara al cielo en busca de refugio
y las hojas perennes no se inmutan por nada.

Cielo celeste el mio, por donde lo mire
verdes distintos los campos y bosques
frías y cálidas mañanas el mismo día
y aquí en mi refugio, digo sin mas 
bienvenido otoño.




A la deriva el alma

En la oscura bondad de la noche, 
camina bajo el velo impoluto 
de la negrura siniestra y absoluta 
La luna.

Navega el espíritu de la barca 
que transporta en sus entrañas, 
los flagelados despojos del alma 
que una vez le amaron, como jamás se amó.

Cual saeta sin diana 
se pierde en la inmensidad desmedida del tiempo
y cual cometa en el cosmos, deja su estela sin rumbo
mientras se incrusta tan dentro de la soledad
que esta huye de miedo, avasallada de ese sentimiento.

Cae de algún olímpo la bruma 
que se desvanece en el juvenil paisaje 
cargando en si, la queja lejana
buscando el muelle de sus brazos.

viernes, 16 de marzo de 2018

Tal vez

El viento es propicio

Las olas..
se elevan por la popa
nos empujan hacia el Oriente.

La Luna

nos guía en el cielo nocturno, 
y las estrellas 
parecen saludarnos 
mientras en los valles, 
la bruma que se eleva como nubes, 
acarician sus laderas.

Viento húmedo 
que cobija las almas 
que sustentan el fuego 
en el interior de tu montaña.

Viento pasivo y loco 
rompes la vela que me navega 
que me impulsa hacia el destino
que no es de nadie.

Quiero

Quiero

de tu boca beber el vino
que de la uva mana.

Quiero

de tus ojos la estrella
que me asombra cada mañana.

Quiero

en ti verter los besos
que guarde desde niño.

Quiero

tenerte a ti mujer.

Rayos de sol

Se cuelan desganados por la ventana de la casa
algunos rayos de sol otoñal
que se desparraman también
en el suelo beige que pisan mis pies al ducharme.

Caminan por sobre mi
en el azul del cielo las nubes
que como angelical señal
imploran, imploran, imploran.

Suspiros profundos se suceden
mientras sólo puedo pensarle
mientras el agua tibia cae
como cascada sobre mi,
mientras le deseo, mientras la
siento, mientras la espero.

¿Que embriaga mi corazón?

¿Acaso es su risa ausente?

Por demás...
el bosque llena de perfume la casa
como su cuerpo un día
lo hizo con mi cama.

Ahora...
el silencio reina
y es quien retumba
en éste cementerio de amor.

Sobre la mesa de noche
la miserable imagen del jardín
se pudre, en el agua marrón
de una botella, que bien podría
convertirse en portadora del mensaje
que nunca saldrá de la habitación
y morirá en mi memoria
como si jamás hubiera tenido la intención de entregarse.

Pálido, y semi desnudo
salgo de la ducha
dejando tras de mi
las huellas húmedas en el suelo
implorando escuchar su voz diciéndome
estás mojando todo.

Camino hacia su encuentro
hacia esa habitación
en donde yo, la hacia mía.
Pálido...
y completamente desnudo
descubro otro día más
que ella no está aquí.

Limbo

El espíritu del tiempo,
se acomodo a mi lado
en el sofá junto al fuego.

La alborada desmiente 
cualquier atisbo de alegría 
que perplejo se grabó en mis ojos.

La brisa matinal que ayer dio vida
 se empaca de nostálgicos versos
 en hojas vacías que imploran.

Desmedidas horas sueñan tu voz
 como en invierno se sueña primavera
o cómo el rocío a la noche sueña.

Los pasos sordos en las callejuelas
 retumban el silencioso camino
y sin esperanza el alba se cuela.

En el pináculo del tiempo 
se pierde el arrullo 
que añora todas las horas 
que alguna vez nos regalamos.

Y mientras las arrugas 
nos esperan en el horizonte del tiempo
hacemos lo posible por olvidarnos.



lunes, 12 de marzo de 2018

En ese mar de espuma

La sal del mar se cuela en el aire.
Lejos de las explicaciones científicas 
la espuma parece abrazar la orilla.

El muelle se hunde suavemente 
en el gigantesco, y ruidoso espectáculo de esta mañana 
en esta costa lejana que de antiguos conquistadores.

El mar se hace espuma 

y se atreve a caminar más haya de la orilla, 
como también lo hacen las emociones 
hoy distantes de nosotros, 
y se ven así mismas atravesando fronteras.

viernes, 2 de marzo de 2018

Infinito

Sin tener idea del porqué
me he quedado aquí 
tan solo para morir.

Se que amanece cada día
y que el sol brilla, 
y la hierba brota bajo mis pies.

Pero, que difícil es, lo juro
caminar paso a paso
con este nudo en la garganta.

Allá, me esperara el infinito
con su eterna majestuosidad
pero no estarás tu.

El silencioso adios
rasga sin medidas 
las entrañas de mi herida.

Y como una extraña criatura 
que asecha en la penumbra
aparece el recuerdo, a matar.

No hay manera de escapar de ti
aunque me hunda en el sueño eterno
porque allí también, mas que en ningún lugar, reina tu huella.