martes, 28 de febrero de 2017

Sueños

En ese sudario de algodón húmedo
que cubre tu frágil, y pálido cuerpo,
se dibuja tu femenina figura, 
y al igual que lápiz del artista, 
trazo con mis manos en tu piel, esa silueta 
 la cual, envidian las estrellas.

Caes en mis brazos moribunda,
en el hechizo de mis besos,
dejas salir a esa dama que hay dentro de ti
y te transformas en bestia para mi.

Levanto la mirada, 
y al verte brillar sobre mi,
parece que ruego al cielo,
todo parece un sueño, un bello sueño.

El agua saladas de tu cuerpo moja tu pelo, 
y cae en mi pecho,
se escurre sobre  mi 
también inunda mi lecho 
como lo hace el acuoso roció, sobre las flores en la noche.

Bendices el amor, desde el paraíso dentro de ti 
con esa lluvia intensa de tu vientre
que cae tibia y suavemente en mi cuerpo
mientras tu piel, se eriza en gemidos, besos y suspiros.

Le regalas a la noche, el hipnótico sabor de la fantasía
que se pierde en desvelos, cada una de las madrugadas que te pienso
y juegas con el azar, como un niño en la arena del mar
sin imaginar, que ese castillo que  te espera, se derrumba.






Esta mañana

Como dos pequeñas montañas 
que el vigía divisa desde su torre 
sobre el mástil más alto de algún antiguo navío, 
así su miel se diviso por debajo de esa blusa color aceituna.
Sus deliciosos riscos puntiagudos  de juvenil frescura 
desbordan deseos y miradas.

Como prisioneros de un mórbido deseo
parecían querer escapar
romper esa tela
hallar la libertad, en algunas manos, que arrebaten su inocencia. 

No se su nombre, su edad, ni en donde vive, 
aunque desde hoy, vivirá por siempre aquí, en estás letras 
que quizá, jamás ella llegue a leer, y en mi memoria.

Su elegante y altanero andar, se dibuja de mil colores
en el paisaje tedioso de este caluroso  y solitario verano.

Es un respiro, una bocanada de aire fresco, 
y en mi casto diario vivir, un morbo inaudito y voraz deseo, 
que se aleja tras sus pasos, 
como si fuese, el último tren.

En mi moribundo abismo, 
su resplandeciente juventud, alarga la vida, 
que por momentos, parece terminar, irse tras aquellos ojos bellos 
que se escaparon,
que se perdieron, en un fugaz instante que durará infinitamente.

Quien será el dueño, de la belleza natural de esos pechos
Ella, le  reclamará sus labios en la dureza sensible de sus pezones
implorara que la invada por mar,
mientras su embarcación de desliza suavemente en su bahía
ella rogara, como quien suplica un poco de agua, en una lejana y triste deriva.

El hecho es que posiblemente no la vuelva a ver, 
pero mi beso, se hará presente en la dulzura de la pasión, 
en mis solitarias noches, de transidos y codiciosos tesoros, cual truncados sueños
y quizá así, arrebate algo de está pena, y cubra la sed, con una blanca mortaja.

lunes, 27 de febrero de 2017

Cielo naranja

Son las dos de la mañana
Se levantó un viento apresurado que desparrama varias cosas en el patio del fondo de casa.
Unas sillas corrieron apresuradas empujadas por el vendaval que las arrastro hasta donde comienza el césped.
La ropa que había colgado, se sacude en la cuerda y se asemejaba a las banderas en el mástil de un barco cuando llega a puerto.

El cielo cargado de nubes se puso en gran parte naranja, reflejando las luces de la ruta que cruza mi ciudad.
Cantan los grillos, a lo lejos corean los truenos que llegan desde el río de la plata.

Quiero estar quieto para detallar el momento, pero los mosquitos muertos de hambre zumbando y zumbando, no me dejan en paz.

Se detuvo el viento, algunos perros, le responden al tronar del cielo.

Como de una escalera gigantesca, las nubes van bajando con prisa y se amontonan sobre mi.

Ya acomode todo,  entre picaduras, letras y viento,  ahora sólo espero que  comience a llover.

El azul eléctrico se viene haciendo notar,
abriendo pasó entre nubarrones de colores.

La danza mueve a los agitados residentes del jardín, que durante el día acogen toda clase de pájaros y me dan sombra.

Un jazmín brilla en su verde planta, como lo hace la Luna en el cielo.
El aroma a tierra mojada invade el ambiente, Yo, ya debería entrar, la lluvia comenzó y desprende los aromas de los árboles que también festejan este aguacero.

Entró a casa, con mi piel empapada.
Afuera queda la lluvia, y algún pájaro que canta extrañamente.

Este verano atípico que me tocó vivir, late como las estrellas que han quedado cubiertas está noche con este cielo naranja.

Mirando al cielo

Y la magia del desencanto elevo las fronteras hasta los nimbos
donde la esperanza quedaba relegada al recuerdo
allí, donde apenas las nubes tocaban su filosa arista
que corta al viento en afanosos impulsos por derribárlas. 

Desde lo alto, solo una linea que divide países
desde mis ojos, el insoslayable confín, fuego y agua
Las olas mas fuertes, caen a sus pies, son solo bruma
el albatros apenas logra divisar su cumbre que acaricia astros.

La magia, otra vez la magia, esa que llevas en tu mirar
destronado el cielo queda sujeto a tu belleza tras ese confín.
El recuerdo es saliva y veneno que trago cuando te pienso
pero lo bebo, para morir y ya olvidarte, lo bebo y muero.

Oh! el blancor de mis cabellos, de mi melena, de mi pelo
valga el suspiro sediento del beso, vaga el suspiro
galopa en la noche la ansiada tertulia que aguarda callada, muda
y ese fuego que chisporrotea tu nombre elevando al cielo miles de estrellas.
  


Tremula

Tu trémula piel que quema
al sentir mis mórbidos besos
que conquistan gemidos en susurro
en voz baja  y que alejan la pena.

Bajo la seda de tu lecho
se pierde la inocencia
que trasporto aquella dicha 
en brazos del fuego de la pasión. 



Eres su Angel

Como simulando un diamante 
o una pepita de oro de gran majestuosidad, 
incrustada en la verde esmeralda de la naturaleza 
y la tupida arboleda 
brilla sin igual el sol.

Viene envuelto en una blanca capa, que tramara.
Cerca del cenit que le corresponde a el,

 está la Luna, 
callada sin brilló, hoy y sin escolta.

Bella luna
menguada tu belleza y lejos del sol, 
pero amada luna.
Caminara el sol frente a ti 
y te regalara su brilló eternamente.

Eres su Ángel, 
su preferida, 
su amor, 
el brilla para ti cada día, 
aunque viajes eternamente 
y a su lado ya no duermas.

Por ti

Doy vueltas como un remolino de agua entre las rocas. 
 la eternidad lo dejo allí como testigo 
que habla con cada ola que se rompe.

Sobre la Copa de los árboles 

pero allá en el infinito horizonte 
el sol que aún no se levanta, 
decora el bajo cielo 
con indescriptibles colores que se mezclan, 
lila, rosa, fucsia, dorado, plata 
es como un arcoiris horizontal de colores soñados 
como para demostrar que el, es el Rey, 
y que la naturaleza, brilla a su antojo. 

También como clarinete
 anunciaron su llegada todas las aves que te imagines
Vestidas de gala y con porte caballeroso 

 con su aleteo frenético demostrando, el eterno respeto al astro Rey.

El bello amanecer se presenta cual regalo, 

y como este en su envoltorio viene a sorprendernos.

El aroma del café en la mañana que me preparé 

va asomándose sin ruido y en puntillas, 
para que el sueño de Ángel no se interrumpa.
Que bello es el desayuno en la cama, 
hoy ya no te enojas por despertarte.

Afuera, los días se acortan, 

el otoño que se acomoda, pronto llamara a la puerta.
Como en un collage escolar 

que un niño crea con con su imaginación 
decorando el cielo de nubes con algodón, 
una parvada de pájaros elevó a este cielo Real 
blancas nubes que se desparraman en el paraíso celeste. 
Serán estos los pétalos que traerán para el paso del Rey.

En mi pequeño bosque mullido 

entre la algarabía del trino, 
la humedad, del rocío, la dorada aurora, 
el verde perfecto, el aire suave de está mañana
y el aroma a café...pido por ti.

El

La habitación bebe un sorbo del luz
que entra por la diminuta ventana
de estas cuatro paredes de enorme espesor.
a una de las cuales la viste un enorme espejo con finos labrados

El no hace mas que mirarla, y ella lo sabe.
En el, desbordan alegría sus ojos al verla a su lado.
El le dice siempre de su hermosura,..
Eres la mujer mas hermosa del mundo.

La mira con infinita dulzura, casi incrédulo por su beldad 
ante ella, el no es nada, ni quiere serlo.
Solo su corazón, provoca un terremoto de latidos ante ella.
Eres hermosa y dueña de mi corazón, hoy y para siempre.

Ella se ve al espejo, toca su cara viendo los años que pasaron 
el se acerca por detrás acariciando su pelo...eres hermosa le dice
besando su cuello y su cara, cerrando sus ojos, muriendo de amor 
El la despoja del recuerdo de otros cuerpos con sus caricias
en el embeleso de palabras que se dicen al oído, entre suspiros y murmullos
tocando con sus labios la seda frágil de su mejilla, robandole de su piel la flor, 
beso eterno que dura un solo segundo, 
que pretende el ser y llevárselo con sigo, para siempre.
No deja de verla cada día, así como cada a día amanece.

Solo por ti soy dice el .
Ayer clamo la distancia la efímera lagrima 
los tiempos se apartan así como el cosmos
así como las sed del agua
así como ellos dos
Pero el, el sigue viéndola cada día 
como al amanecer.

domingo, 26 de febrero de 2017

Hado

Bendita esa chispa 
esa chispa que eres.
El tembloroso cielo se embarcó hacia la noche.

Las estrellas beben del mar y vuelan, 
mientras el sol, ese mismo sol que tanto odio, 
se zambulle en el ocaso iluminando con su luz, lo que le resta al día.

Las hadas recorren el verde jardín.
Su luz desborda e ilumina a las pequeñas gotas casi invisibles 
que las estrellas lloran desde el cielo.

Brilla la noche en oscuridad.

El hechizo durará hasta el alba.
El brusco silencio se pierde de tanto en tanto.

Cae una estrella fugaz 
y fugaz también iluminara la lobreguez.

Cálida noche y en calma que permite la caricia.
Negra noche que brilla distante
noche que embriaga 
que hace perder el sentido
que hipnotiza, que rasga,
que surca la piel, que deja huellas  
Como perlas en los ojos 
de esa hermosa mujer.

jueves, 23 de febrero de 2017

Un día más

La negra figura de la naturaleza que como trampas de acero 
apuntan al cielo, se clavan en la noche que termina.

El sol y yo, volvemos a encontrarnos en el camino
en ese hipócrita camino que se dibuja entre el cielo y la tierra. 

Siempre nos vemos a la cara cuando el llega
es un duelo de miradas que simula eternidad.

Todo parece inerte, quieto, estático
y aunque el mundo respira, todo es yermo.

En el clamor de la ciudad se pierde la noche 
el encanto y su musa se esfuman como fantasmas, ya no están.

La gota que golpea el suelo se evapora en esperanzas 
bajo el sol del nuevo día que aleja la prisa y muerde labios.

El orgulloso canto del gallo no ah cesado en toda la noche
mientras todo despierta el buen día es lo que prima.

Callada la mañana aturde, los impávidos arboles se rascan 
de insectos y aves que abundan en el plumaje verde de sus ramas.

Se deleita el corazón en repentinos segundos de bellas cosas sin nombre
que llegan solo en ese instante y ya jamas, jamas.

Los verdes comienzan a aparecer lentamente
como que el cielo encendiera la luz, otro día comienza.



Frente al mar

El día, se desangro lentamente sobre mi.

El puñal se clavo en su amanecido crepúsculo
cuando mi vigilia se apresuro en su sonrisa
y el eterno sol, se despedía del África
regalando sus ultimas caricias al impredecible
océano atlántico, que es lleno en calma y locura.

Trazan en ese mar sus sueños los marineros
que recorren los eternos cielos nocturnos
que despilfarran belleza para el soñador
que deambula en su inmensidad azarosa
que llena los corazones brocados de amores
y que mengua la suerte en cada montaña de agua.

Dichosos sus ojos de jugosas pupilas
cuando a la distancia se ve la maravillosa tierra,
palpitan sin disimular su alegría los corazones
que en aventuras se afanan sin tener ideas de destinos
mientras en el hogar, sueñan los niños con sus padres
que a lejanos confines se aventuran en pos de su sustento.

En sus sinuosos vaivenes flotan esas pequeñas ciudades
no tan lejos, no tan cerca... de este muelle
se disfrazan de luciérnagas en la noche
y llenan de admiración durante el día.

El velado cielo las descubre, las vigila
desde el muelle en la silenciosa y deslumbrante noche se dejan ver,
sentado cuelgo los pies que apenas se hunden en simulado cielo
al tiempo que algunas olas murmuran rompiéndose
en la extensa escollera de granito rojo que circunda esta ciudad.








Verano aún

Rompió mi mañana
el canto esperanzador del verdulero ambulante,
que se mezclaba
con el ensordecedor chirría de las cigarras
que parecen haber invadido
sin resistencia todos los jardines.
Grita el hombre a gran distancia,
baratas las sandias...
Sandias y duraznos, uvas y melones...manzanas deliciosas.

Despierto,
y me adentro al mundo
desde la ventana de la habitación
el césped que corte hace días y estaba amarillo,
comienza a regalar verdes brotes
el sol que a empujones se mete entre los arboles
ilumina esa mezcla nueva
con una imaginaria varita mágica
que va dando vida a mis ojos.
En ese lienzo abunda la vida
y agasaja a las aves que caminan libremente
saboreando manjares paso a paso, como que la naturaleza
o el mismo Dios les hubiere preparado ese gran banquete.

El canto del hombre se va perdiendo
imagino a los vecinos que se acercan a comprar
como ayer, como siempre
recuerdo cuando niño y por casa
en ese barrio nuevo donde vivía, pasaba el aguatero
parece que los tiempos siempre vuelven
aveces, simplemente es mejor rendirse y esperar su conquista
Hoy es verano, es un día de verano, huele a verano,
a mar, a arena y hasta parece que se oye, como la espuma besa la orilla.


miércoles, 15 de febrero de 2017

San Carlos, Balvanera, Once

Recuerdo que resucite en tu cuerpo.
Yo morí ese diciembre, 
y tu me volviste a la vida.
Moribundo es cada suspiro, hoy
y más cuando al despertar 
en la desesperación de tu silencio
me encuentro enredado en tu pelo.

Como es posible si no estás...

El abrir los ojos es la pesadilla que me abruma
que abunda, que detiene la vida, que me mata.
Cálida piel amor, cálida piel la tuya en mis caricias
inquieto tu cuerpo vibro bajo el agasajo de mis manos.
Estoy cautivo, preso de ti, enamorado, y loco por repetirlo.






martes, 14 de febrero de 2017

Calvario

Camine hace rato hasta ese verde artificial
con la esperanza de ver la margarita real de tu sonrisa
pero igual que ese césped de plástico que jamas recibe el roció, 
quede trunco y vacío, esperando la flor.

Borrara esta lagrima la huella de tu beso
la tibieza de tu caricia que se perdió en el adiós
gris acantilado, espuma blanca, limpia orilla
dibuja en tus arenas mi nombre, poniendo luz en sus mejillas.

Ya no recuerdo tu ultimo beso, no lo recuerdo
andará perdido tal vez con la esperanza 
de hallar a su igual en tus dulces labios
o menguara el deseo provisto del morbo que vive por ti.

Las pequeñas luces del pasillo, brillan sin luz
igual que mi cuerpo vive, muerto en vida
sin palomas mensajeras, sin albricias, ni primaveras
solo vivir por vivir, como la historia en un libro.

Quiera el piadoso, que pronto acabe conmigo
la herida de mi vientre, ese puñal que esta hundido sin piedad
que decidió quedarse clavado para siempre, 
esperando que por mi cuenta, cruce a sus brazos ese umbral.

No habrá cruz para mi, ni llanto en tu pañuelo
tampoco quiero que haya tul negro que cubra tu pelo
no pretendo ser un escollo que dilapide tu hermosura en pesar
quiero que seas quien eres, sin lagrimas como cuando me odias. 








lunes, 13 de febrero de 2017

Parece llover

El sueño ligero permitía que oyera sus pasos
entre vuelta y vuelta en la cama, peleando con las sabanas le oía
la noche pesaba tanto en mis hombros, que ni los parpados podía abrir
pero a ella y a la música de sus pasos, la tenia presente aun, en ese letargo.

Hoy estas fría, 
decía yo en mi sopor 
y su humedad, llegaba a mis labios, a mi cara
con la gloria y deseo de que no fuera solo la lluvia
quien por la ventana entrara, empujada por el suspirado aire 
haciendo la soñara en el tibio airecillo que hala su figura perfecta.

Llaman a la puerta, seguramente es el destino
querrá en sigilo apartarme de esta tibieza dulce que imagino
trato de ignorar, el sonido constante que apabulla y despabila
y como si fuese un buscador de perlas, 
me sumerjo en las aguas cristalinas de esa somnolencia.

De pronto tus sigilosos pasos guardan silencio
y un pavoroso asombro me despierta
bajo al suelo los pies, y descalzo camino
el chasquido de lluvia se detuvo.

Como se cuela en los sentidos ese aroma, ese ruido
que a la vid riega con azul certeza
bañando trigales de oro, al sauce a la maleza
inundando los campos de mi mente con el recuerdo de su belleza.








 




Brisa estival

Casi son la una.

La calle esta rebosante de vida
en otra época hablaríamos 
de recolectoras y cazadores
quienes con sus bultos llevan a cada casa, el alimento.

Celeste el cielo, que se deja pintar 
por la espuma blanca de las nubes
las cuales lo adornan haciendo eco
del tan añorado cielo de mi patria.

El paisaje decorado 
con una enorme cantidad de toldos multicolores
que se asemejan a banderas que flamean al viento
acariciando el instante que se pierde en el tiempo.

El alboroto crece al acercarse la hora
de levantar los pertrechos mañaneros
que son desparramados por la acera y la calle
haciendo de ella un enorme mercado.

Los eternos aromas de especias,
tomillo, albahaca, orégano
también cedrón y la enorme gama de frutas
todo eso, en un ramillete de indescriptible efluvio.

La brisa caliente tironea las lonas
que dan sombra... gentes hablando sin parar tertulias de mediodia
vendedores anunciando sus productos
los vecinos que se encuentran
los carros de feria que se traban unos con otros en medio del camino.

El abundante momento entra en mis ojos
lo huelo, lo siento
como sentí alguna vez sus manos
su caricia, su aliento, sus besos.

Solo cruzo por allí, ese no es mi mundo
mi mundo, mi mundo...no se
el hecho es que el sol brilla fuerte
son casi la una, y solo pienso en ti.



domingo, 12 de febrero de 2017

Mágica inocencia

Sábado a la mañana, te vería otra vez
quizá en el letargo de inocente adolescencia
cuando sientes los primeros trotes del corazón
y las húmedas manos, sabe diferente.

El saber si estabas, era como jugar dados
la incertidumbre, ansiedad y el silencio
caben en una emoción como mil besos en unos labios
entretanto giro suavemente el picaporte a tu reino.

El camino a tus pies, se inunda de innumerables fragancias
madres selvas, glicinas, flor de azar que rodean tu jardín
calas blancas, que me reciben en la entrada
con su copa servida como brindando por ti.

Con la llave mágica de la audacia en mis manos
me adentro en tu aposento y te hallo dormida
y en busca de recrear la mágica escena, te beso cual princesa
te beso suavemente, hasta que tu luz me encandila.

Tu temerosa, vacilante y fresca sonrisa
me abruma en el recuerdo, de aquellas mañanas
otoñal era el sol que como lumbre magnifica
 se perdía en la dulzura y el aroma de tu alcoba.

El perfume de afuera, se colaba como el sol en hilos de oro
la cortina que simulaba un jardín de rosas, parecía viva
tu inocencia y la mía se veían a la cara en ese instante
y tu rocío sedoso y tibio, impregnaba mis manos no tan inocentes.

La caja de música le daba mas magia a tu reino
y este bosque florido, amencia lentamente
o no amencia como lo hace hoy
presuroso enfurecido y sin ti.

Mágica inocencia que desborda 
el lúgubre recuerdo casi perdido
que viví, con la que trae la alegría
hoy tan apartado de ello, que parece un sueño.




Tu magia

Tus ojos de maga que brillan.

Sonrió al ver tu imagen en mi escritorio.
Se afano el cielo al crearte.

El palpitar de mis ojos 
se expanden mas allá de la pasión por ti
encierran mis labios tu nombre
y se mantiene en secreto al mundo 
aunque mi rostro, lo grita al viento.

En el verde y berilio jardín te veo
Te vistes otra vez de cielo como ayer.
La imagen de ti, me roba una reverencia, 
tu la correspondes.

Esa hierba guarda el sabor de tu cuerpo.
Coloso en lo alto el fuego que te toca suavemente, 
arrancando de tu piel la sal como diamante 
que camina y broncea tu tersura que hipnotiza.

Solo tu posees la magia femenina que ansío 
era la luna tuya, mi amor y mi vida
como las aguas del cielo le pertenecen a la tierra
y todas las estrellas al eterno firmamento.









Invernal verano

Verano,...enero.

Tarde en la noche,
el viento sopla
llueve
hace frío, y escarcha el alma.

Un impuso de desesperación
me tira fuera de la casa, 
donde casi me ahogaba en su recuerdo
donde su eco resuena, donde no la tengo.

Tarde en la noche,
Llueve a jarros como si nunca,
se que no está, 
pero le quiero encontrar, en ese camino, 
mientras tanto, sigo sus pasos perdidos.

La lluvia arremete de uno y otro lado.
La moribunda avenida
parece llegar hasta el fin del mundo.
Camino sin fuerzas bajo el torrencial aguacero.

A unos metros una garita, 
donde un pobre perro, tembloroso y decrépito 
intenta encontrar calor arropándose en si mismo, 
el viento sacude su sucio y largo pelaje
y un gemido de dolor, lucha contra el inclemente.

También tiemblo, 
los dientes, me suenan como castañuelas.
Hacia donde voy... me pregunto
unos pasos más, la lluvia se torna salada
es mi corazón.

Estoy helado, 
el viento empuja más y más 
hasta que las copas de los árboles, parecen barrer el suelo 
que ahora brilla cual diamante.
La soledad me acompaña también en está triste escena, 
parece un escribiente que lo tiene que anotar todo.

De pronto la oscuridad me envuelve
como si en un túnel hubiese entrado, sin dar paso alguno
busco orientarme y me veo dentro de mi
mudo de palabras.

Al igual que ese desgraciado animal, me arropo en mi
busco en ese limbo la lánguida luz al final del camino
pero solo hallé mis pasos, los que vuelvo a pisar
para volver al punto de partida.




Piadosa y eterna

Se escapo el milagro del cielo
posándose sobre el árido suelo
que en transitadas hora provoca 
toda clase de desvelo.

Llena el momento de esperanza y de alegría 
de aromas  y melancolías
que se nutren en vagos pensamientos 
en tanto el aluvión captura este momento.

Eres esa lluvia, que cae así 
y así das vida, toda la que yo quiera
porque estas muy adentro 
como mayo en otoño u octubre en primavera.

La esmeralda que provoca la gota en una simple hoja
que sacia su deleite e impregna su silueta
cayendo al vació simple vil
y solo en el viento alcanza su fin.

Piadosa y eterna dama, que en tus manos me tienes
cuyo andar quita el aliento, como una sofocante tarde
dame la dicha de beberte
y como a este suelo la lluvia, inundarme de ti.






Desde las estrellas

Como en sueño
o por un doloroso deseo.

Desprendiese este puñado de tierra en el que moro
y elevase al cielo cual mariposa nocturna
alejándose en la noche, acercándose a las estrellas rosando la luna
para contemplar.....

Que maravilla...
susurra mi alma con un elevado suspiro
brota el llanto de alegría ante tal hermosura
mira alrededor y estoy solo
el silencio abrumador deja salir de mi pecho los latidos
esa música desbordada de ansias se afana en pulso.

Me abriga el calor estelar en este viaje
su embrujo se hiedra en el alma como un recuerdo
y aleja las desabridas aguas que he de beber alguna vez
en ese griál que me hará un ser imperecedero.

Manto sagrado que he acariciado
que he conquistado y amado
que toco mi piel. en el tibio y abandonado lecho 
que lastima en distancias que ahoga e hiere sin hacer sangrar.

Taciturna hecha para durar es la pena
como lo es, en la montaña la nieve o en el desierto la arena
pero aun allí acogida seras, igual que la luciérnaga en el bosque 
igual que la flor en primavera igual que en mi lecho, que te espera.




Arlequín

                                                            

                                                             Simula una mueca de alegría 

aquella angustiosa sonrisa
que dibuja la soledad de mis labios 
viendo la sombras que dejaron tus huellas.



Arlequín impávido, inmóvil, callado
siente el frió de muerte y el olor que escalofría
escarcha el corazón con ese invierno
que se adueño de mi vetusta alma.



Bosque oscuro, que insomnio esperas
que corres tras de mi, como fantasma presuroso
saltando a mis espadas sin dejarte ver
exclamando tras mis pasos, con tu voz de muerte.



Sombra, cuya sensación repugna y aterra
aléjate de mi, vuelve tras tus pavorosos pasos, que no quiero
ya que esta noche ya termina y el aturdidor silencio tendrá vida
cuando mis ojos pueda abrir y escape yo de tu guarida.







Pálida luna

El día nos guiño un ojo y se aleja despacio
mientras llega la oscuridad y nos tiñe de negrura
acompañada por cierta brisa 
que no quiere abandonar, a esta noche oscura.

Surge allá, tras el horizonte, 
un destello singular y apacible
que advierte en el mar el reflejo 
en el que ella, se viene a mirar, desde lejos.

La pálida luna aparece con su encanto
tras un velo sesgado de nubes 
que demuestran envidias de tiempo atrás
envidias de sus virtudes y su belleza sin igual.

Reina en la noche, plateada luna
que iluminas su alma cual ninguna
atesorando senderos y albas
dándole a las noches tu calma.

De este a oeste sera su reinado
mientras los grillos cantan, en tonos desesperados
y la eterna noche me habla de ti al oído
haciendo de tu imagen, mi único abrigo.

Se ira cabizbaja la luna
también cabizbaja la noche
de mis labios no oirán palabras
menos, algún reproche.

Pero como no es eterna la oscuridad
la veré del otro lado, cuando comience a aclarar
perdiéndome en destellos que me regale el rey sol
en el momento en que te comience a soñar.

Y en ese silencio, con el que ella impera 
se retira a sus aposentos la luna
dando paso a la aurora que tras la bruma llega
al tiempo que el sol entre bostezos, para salir espera 




martes, 7 de febrero de 2017

Magdalena


Magdalena, Magdalena
Magdalena
guarda tu piel como ayer,
el deseo de un soñador.

Blanca amapola tu risa
que ilumina los campos y el horizonte
que enseña fe,regala paz y amor.

Magdalena,
siembras el desenfreno voraz,
como el fuego al viento
con el beso tuyo en mis labios.

Sagrada esperanza del futuro
Capitana y timonel de ese barco
que el buen comandante te cedió
desde ahora y para siempre.

 Allí estas, Reina eterna.
 con la llave del cielo
en tus manos, vas
       Se aleja la pena que angustia, frente a ti.

                  La herencia de tu sangre orgullosa           
te enaltece y acongoja
   pero el baluarte indiscutido
     de tu liderazgo, verás en el.
   
                  Que la dicha sea siempre a ti            
     como al señor los ruegos
                          y que los pasos que darás                  
       desde hoy llenen tu alma.

viernes, 3 de febrero de 2017

Miel y oro para ti

Si alguien merece todo
eres tu, amor de mi vida.
Que toda la gracia del cielo 
este siempre en tu camino
que la lluvia se detenga ante tus pasos 
para ti mujer de otoño
que el sol que te trae a mi memoria  
llene de felicidad tu alma.

Ángel adorado, siempre, siempre
desde que tu luz, llego a mi ventana
y la flor, esa flor de tu vientre
cual capullo en el jardín,
saltaba en tus brazos
como el sol en el poniente
que escapa por momentos
y renace en el crepúsculo, como tu risa.

Bendita dama, quiera la gracia para ti
que mane miel y oro en tus manos
que sea la abundancia tu vida entera
para ti, la tierra prometida deseo
el brillo de las estrellas cada noche por siempre
el cálido sol en el invierno 
el agua fresca en cada verano
y todas las flores de cada primavera.









Antes de dormir

Anoche, la noche apresuro al sueño, fue raro
me sentí nadando en mi, como un ensueño real 
la abundancia gris que cubre la ciudad
esta tan baja, que casi la puedo tocar con mis manos.

La luz natural que ilumina el desvalido y deshabitado jardín 
convierte en nocturna oscuridad las brillantes siluetas
pero la brisa que es ciega, sigue su camino sin babel
y me deleita en gracia y frescura, con su suave andar.

En un segundo, le da ritmo a la juvenil negrura celestial
que llego tan de prisa que apenas pude darme cuenta
como los años que hoy me pesan, como las penas dentro de mi
que cada vez mas me alejan de mi origen y me acercan al fin.

Pero hoy, en esta estrenada noche y desde la lobreguez etérea
dos luceros me observaron, que al acercarme a ellos vi
se trataba de dos jazmines, dos desgraciados y moribundos jazmines 
que seguramente pretendían mi tristeza espantar.

Su demostración de compasion fue tal que no pude evitar alimentar la esencia de su nectar y los coloque en tu búro, hoy vacío de ti.

Al despertar, el bálsamo en tu recuerdo me alivio el corazón
Y ese perfume que le dio a la habitación el agónico último suspiro de esos jazmines te traen aquí.


miércoles, 1 de febrero de 2017

Libertad

¡Oh! patria mía bellisima como el amanecer
clama mi corazón tu gracia y tus besos
provocadores labios rojos, como flor de ceibo
que abunda en mi tierra y flota en mis aguas.

Vuelve libertad, amada libertad que me lloras
que angustias quieres vivir, ¡todas! lejos de mi
rompe el sol la muralla de nubes grises
tu risa, como canto del rió que te rodea cuales brazos.

¡Libertad! orgullosa libertad, vuelve a los parajes 
de tus primeros pasos, alivia esas aguas que te lloran
cura las heridas de tu desastrosa huida, vive a mi lado
¡oh libertad! que bien se siente nombrarte.

Patria mía, desvelo del corazón, atrapado en tus cristalinos 
llama viviente de la razón, la cual encaja perfectamente en mi
eleva al cielo tus manos, clama por mi, como yo lo hago por ti
bendita libertad, dueña de mi mundo... también yo, te pertenezco.

Libertad, las aguas que dan vida, hoy matan
mientras bajan por el norte, marchitando la existencia 
cortando lazos, como un cuchillo las venas desangrando gota a gota
dominante estandarte con apelativo femenino, no te alejes.






Yemanya...Diosa del mar

Montevideo-Uruguay

Procesión de barcas

Bajo un lluvia furiosa caminan los fieles
como siendo probados en su fe, por el cielo o el mar.
Las blancas vestiduras y turbantes infinitos
de todos los colores en representación a sus dioses
dibujan un camino desde la avenida
hasta el reino espumoso que se adentra en la playa.
Sendas interminables de velas, cubiertas ante la lluvia
por improvisados faroles hechos de botellas de descarte.
Huecos en la arena, ahora desmoronados por el aguaviento
que pareció inundar esta blanca playa
gente arrodillada, en busca del milagro
mientras la esperanza se bambolea como la marea
que se adueño de la noche y del mar, mostrando su reino.

Familias enteras entregadas a una santa misión
festejar su respeto a la diosa de los mares.
Stella Maris para unos,
Yemanya para otros.
Su gracia es la misma y digna de adoración
que permanece vigente hasta hoy, como el milagro.

Corren, caminan,  empujan y cargan sobre sus hombros
las ofrendas y trabajos que han de entregar al mar
al espíritu universal de la Diosa, que los aguarda
con cierto enojo en las orillas,
que desparrama a los creyentes
como muñecos de papel haciendo infructuoso
la entrega de talentos espirituales o sacrificios
que durante un año, fueron capaces de preparar.

Pobres y ricos con devota persistencia
cargan las barcas que fueron bendecidas
con cantos e incorporaciones espirituales y milenarias
de dioses que pululan el panteón humano.

La lluvia se detuvo,
los pasos en el blanquecino piso
 y los tambores, siguen sonando a raja tabla
como que se acercara el momento culminante del ritual.

La mezcla de los idiomas mal pronunciados
le da un mítico sabor al festejo que abunda.
Desde lo alto, arena arriba, siguen bajando
diminutas, precarias y hasta a veces elaboradas barcas
en honor a tal divinidad,
las cuales serán llenas de toda clase de ofrendas,
en un festín, que se me antoja a los antiguos reyes.

Joyas, perfumes, adornos, flores, velas, inciensos
todo lo que ambiciona el hombre sera entregado
al espíritu bondadoso de la madre de los mares
por la cual los feligreses lo darán todo.

La magia que parece no tener fin, acaba
llantos de felicidad quizá por alguna promesa cumplida
vuelve la lluvia que se ausento por unas horas
la gente camina lento, misión cumplida para unos
para otros, falta todo un año de espera y paciencia.

Hoy recuerdo ese día aquí, eramos como adolescentes
que experimentaban todo lo nuevo en cuerpos de adultos
hoy te recuerdo, toda de blanco como un Ángel
la carroza nos subió en Viacava y tus ojos
iluminaron ese camino de piedra para siempre.






Describiendo

La fantástica perfección de ser mujer.
Es como que el fauno permite que la fábula 
se salga del bosque encantado.

Tu, la flor más bella 
iluminada por una magna Luna.


Yo, sólo perdido 
en la mágica luz de tu risa.

No siempre la magia 
está en los veinte.

Hay sonrisas que besan, 
y manos que perfuman.


Hay detalles no visibles 
que te hacen una Diosa


Las mañanas también traen milagros.
Tu eres uno de esos.

Alquimia

Como un viejo alquimista, a la luz de la vela 
y en la oscuridad del bosque que rodea 
lo ayer fue mi hogar, voy hilando,
letra por letra, 
queriendo descubrir el poema perfecto.

Amalgamando palabras voy,
buscando el eterno prodigio.

En el sin numero de intentos,
busco crear 
la piedra filosofal de mi poesía
esa que sin dudas te dirá, que tu eres mía 
y te devuelva a mi puerta.

En este tu bosque encantado 
camino descalzo por las noches
hablando solo, como un loco aprisionado
dejando lo racional, en el lado oculto de la luna.

Disfrazado de ángel, dejo escapar un lamento
que se pierde en la parda y desenfrenada oscuridad
esa misma que implora mi tristeza en las mañanas
rogando al cielo...noches, como si fuesen milagros.

Pero el día me delata, me apunta con rayos de sol
aquietando mi mente y corazón
alejando el sentir con un escudo frívolo sin alma
socavando la poca fe, en las primeras luces del alba.



Llueve...que mágico verano

Pasado el medio día, el calor es agobiante
empero, la tormenta que llega desde el sur
esta casi sobre mi cabeza
y los pequeños nubarrones que corren libremente
parecen  mensajeros, enviados por ella anunciando lluvia.

Mi cuerpo escurre agua, que calor
me dispongo a la ducha, y en mi mente
se suceden las historias de algún aventurero
que cruzo el mar, y me adentro en las riberas
de sus desafíos y sus miles de hazañas.

Las primeras gotas de agua son enormes
y golpean contra algún cacharro simulando un tambor
mientras la mágica música ancestral se adueña
parece que estoy bajo la mar
y observo como  rompen las gotas de agua
en la banderola, como que fuese la superficie marina.

Otra vez lluvia, que mágico verano
la multitud enfurecida que cae sobre la tierra
sobre las plantas, sobre la casa, sobre todo
se agolpa en algún desagüe cubierto por hojas
las gotas de agua se unen y caen desde lo alto del pretil
fingiendo con brutal arrogancia, ser cascada.

El verde prado parece una pintura
nada se mueve, todo se mantiene en quietud absoluta
como aguardando al artista con su atril
que dejara en el lienzo, su figura magnética y perfecta
que desafía épocas de ayer y mañanas
cuando sus tonos seduzcan al publico curioso.

El silencio sigue, corre en el reloj como un rió
se pierde en la tarde pasmosa y solitaria
como esas aguas del rio en el atlántico sur
se funde la sal del mar y la dulzura del antiguo celaje
serán eternos apasionados, que se unirán cada tanto
en la desembocadura del Río de la Plata.