Magdalena, Magdalena
Magdalena
guarda tu piel como ayer,
el deseo de un soñador.
Blanca amapola tu risa
que ilumina los campos y el horizonte
que enseña fe,regala paz y amor.
Magdalena,
siembras el desenfreno voraz,
como el fuego al viento
con el beso tuyo en mis labios.
Sagrada esperanza del futuro
Capitana y timonel de ese barco
que el buen comandante te cedió
desde ahora y para siempre.
Allí estas, Reina eterna.
con la llave del cielo
en tus manos, vas
Se aleja la pena que angustia, frente a ti.
La herencia de tu sangre orgullosa
te enaltece y acongoja
pero el baluarte indiscutido
de tu liderazgo, verás en el.
Que la dicha sea siempre a ti
como al señor los ruegos
y que los pasos que darás
desde hoy llenen tu alma.
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