domingo, 12 de febrero de 2017

Piadosa y eterna

Se escapo el milagro del cielo
posándose sobre el árido suelo
que en transitadas hora provoca 
toda clase de desvelo.

Llena el momento de esperanza y de alegría 
de aromas  y melancolías
que se nutren en vagos pensamientos 
en tanto el aluvión captura este momento.

Eres esa lluvia, que cae así 
y así das vida, toda la que yo quiera
porque estas muy adentro 
como mayo en otoño u octubre en primavera.

La esmeralda que provoca la gota en una simple hoja
que sacia su deleite e impregna su silueta
cayendo al vació simple vil
y solo en el viento alcanza su fin.

Piadosa y eterna dama, que en tus manos me tienes
cuyo andar quita el aliento, como una sofocante tarde
dame la dicha de beberte
y como a este suelo la lluvia, inundarme de ti.






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