Se escapo el milagro del cielo
posándose sobre el árido suelo
que en transitadas hora provoca
toda clase de desvelo.
Llena el momento de esperanza y de alegría
de aromas y melancolías
que se nutren en vagos pensamientos
en tanto el aluvión captura este momento.
Eres esa lluvia, que cae así
y así das vida, toda la que yo quiera
porque estas muy adentro
como mayo en otoño u octubre en primavera.
La esmeralda que provoca la gota en una simple hoja
que sacia su deleite e impregna su silueta
cayendo al vació simple vil
y solo en el viento alcanza su fin.
Piadosa y eterna dama, que en tus manos me tienes
cuyo andar quita el aliento, como una sofocante tarde
dame la dicha de beberte
y como a este suelo la lluvia, inundarme de ti.
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