sábado, 22 de julio de 2017

Un rayo de luz

Es sábado a la mañana
hace frío, pero el sol es bondadoso y se derrama sobre mi ciudad y calienta suavemente a quien toca con su tibia presencia.
En la cocina bato un cafre con frenesí, me gusta con espuma
La caldera silva, subiendo su tono para que la escuche.
Por la ventana que da al patio, se ve en el mejunje de verdes una flor, sí, una flor roja, de esas que se asemejan a un cepillo de peinar,
y me adelantó en el tiempo de primavera, me transporto.
Un enorme gato gris se cuela en el mullido pastizal que nadie se atreve a cortar, se despereza haciéndose dueño del jardín.
Que rápido pasa el tiempo​.
El café está listo, el hornero canta sobre el eucaliptos, una pequeña brisa mañanera baila a su son, mientras allá en lo alto algunas nubes se desprenden de cielo azul. Hablo solo y rio como un loco.
El sol me da en la cara,
como sus caricias
que ayer, llegaron​ desde lejos.

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