Se acortan los días o su luz
la hierba se viste de café y oro
las horas se desvanecen una a una
se desgranan frente a mi como castillos de arena.
Este joven en silencio camina sin prisa
pero su aroma y presencia se avecinan
el ave se dispara al cielo en busca de refugio
y las hojas perennes no se inmutan por nada.
Cielo celeste el mio, por donde lo mire
verdes distintos los campos y bosques
frías y cálidas mañanas el mismo día
y aquí en mi refugio, digo sin mas
bienvenido otoño.