Sed
claman los labios
el agua de los tuyos
así,
como clama la noche
los ojos vidriosos del poeta,
o la Luna ser entregada
por el amante que la obsequió cual trofeo
por el amante que la obsequió cual trofeo
sed,
y el agónico suplico se eleva hasta los dioses del Olimpo,
quienes Deliberantes sueltan el milagro y la aplacan.
quienes Deliberantes sueltan el milagro y la aplacan.
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