sábado, 15 de septiembre de 2018

Cautivo de la libertad

Allí, justo allí,
en la cornisa de la soledad
pienso solamente en ti.

Allí, en ese mismo sitio
donde los vientos clavan olvidos 
pienso solamente en ti.

Allí, colgado de mis sueños 
pendiente de tus horas
sediento de tus besos
pienso solamente en ti.

¿Que hechizo transmite tu alma
que bruma consiente
mis fatídicos pasos
que apresuradamente
llegan y desbordan el peñasco?

Da igual, cual de los cuatro elementos 
yo deba transitar
tú, siempre estarás del otro lado.

Si eres viento, eres espíritu
y no podría jamás tocarte.

Si eres agua, eres mar o río
y sólo podría transitarte,
o ahogarme en ti.

Si eres fuego, mi piel
quemarías eternamente
y tus caricias, serian en vano.

Y si eres tierra, solo la muerte
me uniría a ti
y lo sublime de ser hombre y amarte
se convertiría sólo en polvo.

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