jueves, 27 de septiembre de 2018

Poesia perfecta


Se arrastra la punta del lápiz
sobre la linea del renglón que simula la frontera que no debe ser invadida por el carbón milenario que lo raya con ingenuas ansias y palpitante sentir.

Temblorosa la mano que le sostiene brinca en el papel, impulsado por los recuerdos que le brotan al alma cortando los cabos que mantienen a esas lágrimas,
amarradas al muelle de sus ojos

Te diría si aquí estuvieses,
ven mira, mira el increíble espectáculo de color de las hojas que caen de esos arboles,
mira, como se desnudan sin miedo,
observa como se despojan de sus vestiduras ya caducas.

El prado se tiñe en café,
y el verde camino al azar que cruzan mis pasos se abriga efímero tras de mí.

El viento suave de la tarde
le roba sus prendas y las arroja
al aire, desparramando su oro
cual hombre rico, que a sabiendas
de que se a ganado un lugar en el cielo, se despoja a manos llenas
de sus riquezas.

Así es el otoño.


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