miércoles, 3 de octubre de 2018

No hay a donde ir

Contemplo desde aquí el horizonte.

¿Porque nuestros pasos
que se pierden en el camino
dejan en lo imborrable sus huellas?.

      Me asombro, de niño y adulto.

¿Seremos, solo compañía
del solitario, que bruma sus días en desesperada búsqueda de un tesoro que no existe?

         Me recuerdo inocente.

¿Donde dejé mi corazón apasionado que de risa alimentaba mis mañanas y se mezclaba con los otros 
en el patio de la casa?

          Miro mis pasos al andar.

¿Cobijo es esperanza de porvenir, o es simplemente una quimera que busca en la tibieza, fuerzas para llegar a la tumba?

                      Ocaso

¿Será que somos la creación y el fracaso de alguien más, o esta miseria es todo lo que somos y seremos para siempre?

Eh decidido volver a la inocente voz que llamaba mamá, para comprenderme de adulto cuando era niño. 
Y desde allí, grabar en mi memoria como prohibido, todo aquello que alguna vez, pudo hacerte dañó.

No importa donde queramos escondernos, estamos y estaremos  aquí y ahora por la eternidad
y eh comprendido con los años
y la vida, que en ese huir, no hay a donde ir.

No hay comentarios: