jueves, 13 de diciembre de 2018

Eterno momento

Robóle el cielo al fuego la llama
que anoche en la solitaria lejanía
entrególe tu cuerpo a mi cuerpo
mi boca a tu boca con un suave rose
que asemejó un choque dl almas.
Entre sabanas de verdosa armonía
quedaron por siempre las noches
que otrora nos distancian y mueren
bajo la pálida pena de tus ojos que vierten cascada y se alejarán como entonces a tu desierto.
Lucharán en vano el día y la noche
y se encontrarán a veces sobre mi
pero la brisa que nos tocó y esa
agua en la orilla que beso nuestros
pies
quedan para siempre en nosotros.
Sobre el lomo salvaje de aquel caballo
se posará el atardecer de nuestras
vidas, y Maria seguirá siendo de la
imaginación la esperanza que
quedara guardada para siempre
entre tu y yo.

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