El espíritu del tiempo
camina con pasos presurosos
y se pierde en el camino despreciable
de la duda, la desesperación, la desconfianza y el recelo.
Cae agotado,
agobiado de preguntas que no tienen voz
que se deslizan hacia el vació con cada día que pasa.
El reflejo del momento,
no es el mismo en el charco que en el cristal
mis manos ya no le tocan, y ya lo harán
como el invierno y el verano
o el desierto y el glaciar.
Espíritu eterno, interminable
dale la dicha de tu ser
dale sin mas de tu bendita
deja que tu gloria, caiga a sus pies.
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