Adiós a esa Brissa
que paseaba por mi Uruguay.
Adiós, pequeña y fugaz estrella.
Ya no brillará en tus ojos ningún amanecer.
Ya no correrás como la espuma sobre las olas
ni tu sonrisa pondrá calma a la pena.
Las copas,
ya no desbordaran alegrías
y los parques y prados donde debería existir felicidad
marchitos estarán.
Cuán ajena es la desgracia
que nos aparta y encadena
que nos mantiene en vilo
y con la sangre hirviendo en las venas.
En un acto despiadado
la apartaron de nosotros.
Se la llevaron un día de aquí
la brutalidad y la injusticia.
Sin más que el dolor latente
de tu futura ausencia.
¿Donde estará hoy tu risa?
¿Quien tocará ahora tus cabellos y besara a tus mejillas?
Frío...
eterno frío en tu blanca piel
que de besos debería estar llena
de besos llena, y de miel
Poema...
por la memoria inocente,
victima de la locura humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario