El orgullo y la soberbia
jamás llevaron al hombre
a dar un solo paso
hacia el camino correcto.
¿Y como me salvo?
¿Y como llegó al cielo, si ya no estoy en sus brazos?
Oh! Dios Santo
de eso estoy lleno
de eso desborda mi ser
y no puedo hacer nada.
Por tu puerta
no podré pasar
el camino está hecho
para almas como la suya
para caricias como las suyas
para pensamientos
como los de ella.
Yo estoy condenado
al sublime pasto
del campo de batalla,
que soportará la cruel penuria, de quien en el camina
a hacia su destino.
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