miércoles, 2 de noviembre de 2016

A flor de piel

El amanecer tardío detrás de los cerros
ilumina con mil pausas el pequeño sendero
que rodea mi pueblo, brocado suave en la colina.

Ese mar del que hablas, es tan profundo como mi amor
las barcas que lo cruzan llevaran esa flor para ti
los pétalos en tus dedos, dirán cuanto te quiero.

Mientras yermo el corazón busca la risa en el viento
que se quedo allá atrás colgado en las nubes
y la lluvia, esa lluvia que da vida... me olvida.

Ese lamento que eriza la piel y arranca humedad de los ojos
permanecerá agazapado en el torrente y herido corazón que clama,
que se pierde en el tinglado triste y al antojo, de tu  beso.

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