domingo, 13 de noviembre de 2016

Por ahí entre montañas

Se quiebra la noche en los pasos tristes
de ese pequeño pueblo tuyo que visite
mientras mi sombra se clava en el suelo.

Caen suavemente las laderas a mis pies
como cae a los pies de una reina su vestido
y se yerguen orgullosas hasta la luna que me ilumina.

Sigo el monótono esplendor  de la senda blanca del cielo
que acobija la suplica desdeñosa y sabia que no olvida
el sabor amargo del beso que me dio en su despedida.

Los arboles se lamentan en los brazos del viento
como me lamento yo ahora en esta solitaria plaza
que vio su sonrisa desde niña florecer cual orquídea

La noche camina lentamente entre las verdes montañas
parecen gigantes que me vigilan sin perderme de vista
y en mis ojos la bruma salada que de lo que siento dejan pista.

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