domingo, 20 de noviembre de 2016

Moribundo

Solo es el dolor de mis entrañas el que despierto me mantiene
esperando lo inevitable, como las primeras gotas de lluvia.
entran las espinas en esa posible herida que disimulo
como el frió acero que se clava en el cuerpo de un guerrero.

Lamento el tiempo perdido de mi necedad que late suave
la viviría otra vez pero mas necia a mi vida
solo de ella dependen estas palabras, que se ahogan
pero que vivirán aun en mi ausencia una y otra vez.

El no estar es testigo de las acciones que dejas por hacer
la realidad es tan cruel como la franqueza de un niño
el dolor tan atroz y sublime como el primer beso
y mis palabras silencios y gritos que son corazón loco.

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