domingo, 9 de abril de 2017

Allí donde esté

Sobre los tejados

El resplandor fugaz advierte
y ese gigante, dilapida sin piedad y con fuerza, 
las perlas 
que caen como lluvia sobre la ciudad.

De pronto el negro cielo que a lo lejos
se decoraba con un collar de estrellas
se torna gris como una acuarela, 
y se enciende otra vez fugaz azulado.

Me castiga el intento de olvidarte
y mi memoria se empecina contigo
como lo hace aquel viejo rey
con ese sirviente ruin.

Me vuelve escoria en tu vida
y me aprisiona mas que las manos el corazón.

Eres tu, gente de la mas hermosa
de esas que iluminan la noche
de las que huelen bien
de las que abandonan.

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