miércoles, 19 de abril de 2017

Privilegiados

Tras el biombo de la oscura ciudad 
me pierdo, esquivando piernas
sin querer aceptar la derrota del corazón, 
que los ve soñar viendo el cielo.

Todo lo que pesa en mis hombros 
seguirá ahí para siempre
hasta este momento de desesperanza 
que morirá ahora.

El velo de las miradas, 
vanidosas de indiferencia
ven mas allá del horizonte, 
las almas en el suelo, no importan
quedaran tras su flamante postura que avanza, 
miserables, claudicadas
aun siendo ojos color cielo,
pero muertos de compasión, nievan sobre ellos. 

Vives del dolor cruel que padezco
llenas tu boca y tu mesa de mis manos
eclipsas las sonrisas humildes
que debiera guardar para los míos
quemando la esperanza de un tirón
arrojando al azar, toda mi libertad
haciéndote cada vez mas vil
creyéndote justo y compasivo
mientras la vida me arrastra. 






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