martes, 18 de abril de 2017

Por crecer

Ya no hay como ayer, niños que corran en los parques.
Se quedó en el tiempo de mamá, el sol en las mejillas,
que nos regalaba diamantes de sal
que también corrían en mi cara.

Los prados están vacíos, como las manos de flores,
ya no hay a quien dárselas, ya se fue la primavera.
La era de la inocencia, parece haber sido erradicada
por el futuro que se soñaba, en aquel pasado que hoy recuerdo.

Hoy nadie huye por la ventana, en las tardes de siesta
ni se lee en silencio, a la sombra de la imaginación,
aquellas historias increíbles de otras tierras de fantasía
que nos hacían soñar.

Ya no hay como ayer, niños que corran en los parques
y no hay ya parques, todos murieron cuando crecimos
en nuestras espaldas, dejamos la magia de crecer
olvidando en el camino, nuestra frágil humanidad.


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