Bueno,
callaré cada mañana
a este corazón loco que grita tu nombre.
Ya no me opondré
a que el tiempo me haga su rehén
y me obligue a envejecer sin ti.
Quiero morir, como la gota que cae al suelo
evaporarme
y llover sobre la huella que deje tu nombre
por cada lugar que pases.
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