Las lágrimas de los árboles,
caen como hojas color rojizo y oro.
caen como hojas color rojizo y oro.
Se deslizan suaves
en el rostro frío y tibio del otoño.
Caen en el vasto mundo y sobre mi.
Convierten este banco de plaza,
en una barca,
y mis pies inundados de hojas
ya muertas,
se hunden en ellas como en la playa.
La brisa otoñal que aleja el verano,
las mueve cerca de mi como olas
y se va adueñando de todo,
y se va adueñando de todo,
hace que le pertenezca.
Los ciruelo del Prado,
con sus hojas violáceas,
con sus hojas violáceas,
me sonríen bulliciosos.
Todos los tonos de verde,
corren hacia la noche tras el sol
y se pierden en el rosedal.
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