domingo, 9 de abril de 2017

Imagino

La atmósfera, envenena al antiguo yo.

Las risas embriagan el ambiente
a cientos de metros, 
y se mezcla en el aire
con el rocío que va cayendo,
creando con las luces de neón de los faroles 
que hay calles, 
infinitos arcoiris
que al igual que las sonrisas, 
embriagan.

La historia cuelga de aquellos muros
pero hoy la luz del sol, jamas llega hasta allí.

Los hombros sexis de ellas, 
indómitos y libres, son flores
en el otoño que termina.

Flores que se adormecen en mis labios,
en mis alegoricos besos
que también embriagados, se pierden de la soledad
y buscan la seda perfumada que aleja la agonía,
el misterio y el dolor.

Y en el ritual de mis pensamientos,
beso los tuyos, respiro sobre ellos
inhalo de tu ser
llenando de imaginarias sensaciones
ese segundo, que también es muerte


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