domingo, 2 de abril de 2017

El faro en la inmensidad

Ya calló la noche, al estruendoso día 
y se presento hoy apresurada
estamos mas lejos del atardecer, 
que de la madrugada.

Los ojos que regalan su brillo, 
en esas caras hermosas
le regalan también al ambiente frescor, 
como a los jardines las rosas.

El lugar se colma en un instante, 
de risas, besos y abrazos
pero algunas mesas llevan la carga, 
de corazones en pedazos.

Se ven los labios hablar de amor, 
y en sus sonrisas, el amanecer se ve
 y se derrite la nieve en el tacto de manos, 
y en los ojos apasionados. 

Se te atiende cual Majestad, 
en un castillo imaginario
nos sentimos como la tierra, 
en el sistema planetario...nos sentimos en casa.

El ruido de mil charlas a mi alrededor, 
se hace música y canción
se hace mudo, 
se hace grito, se hace campo, mar e infinito.

Bebo el amargo sabor de la cerveza, 
que es mas dulce que la agonía
mientras te escribo prosa, 
cantos, rimas, soñando en ti, mi poesía.

Perfumes, olores, sabores, 
el aura rebasa el limite de la imaginación
y se mezcla con otras en un cúmulos de sentimientos, 
que llegan al corazón.

Bella noche que me atrapas
dejaste caer sobre mi el manto del cielo 
de  mil estrellas como canto de sirena
y a las rocas mi deriva va, allí encalla mi condena.






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