domingo, 2 de abril de 2017

Hace mucho, hace nunca

Permaneció sentado junto a la ventana donde siempre
el amanecer de su pelo de oro, clamo su atención como un eco
apresuro las lineas para describir la embelesada belleza de su trigal
que cual atardecer, iluminaba el salón cual si fuere hecho de sol.

Quien trajo este ángel al mundo, se pregunta mientras escribe
raudo en las palabras no se detiene en pausa y se pronuncia
al ella levantar su rostro e iluminarlo con sus ojos de mar
el muestra en su mano una servilleta con las palabras que ella inspiro.

En el momento que el se acerca, ella se levanta y camina en otra dirección
él, preocupado por el desconcierto de tal acto, premura hacia su compañera
y en delicado acto de caballerosa insistencia dice, la chica que estaba sentada aquí
podrías por favor darle esto, la respuesta de su amiga fue, si claro, y el se aleja.

Minutos después, ella vuelve a su mesa, y su compañera le entrega el recado
el, no ve si ella lo lee, pero espera que si, sus ojos anteriormente no dejaban de buscarlo
por eso las letras, por eso la nota, por eso el miedo y la pena deja de lado y se acerca
rato después, el se aleja del lugar, pero parece ver que aquella servilleta seguía en su sitio.

La duda hoy lo persigue, como si fuera el anima encapuchada y de negro
que suele llevarte al otro mundo sin que puedas preguntar porque a mi
pero la vida es eso, vivir en dudas aun teniendo certezas, la viva es eso
se habrán perdido sus palabras para siempre, o habrán leído esos ojos su pasión. 

Los días fuera de la fantasía también pasan, como lo hace un rió
hoy en el mapa, vi que esa ciudad, no queda frente a la mía
camine en esas rutas, como lo hice en tu piel imaginándome en tus brazos
y me morí en cada paso, sabiéndolo, completamente imposible.  






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