miércoles, 29 de marzo de 2017

Mientras ella me olvida

Cómo roza la melancolía estas horas qué,
respiran el aire otoñal,
como las primeros mementos del día.
Frescor exquisito.
Tarde
Un sin fin de rostros llenan
y dan vida a la acera.
En ella, la luz del sol reina
y entre las hojas de los árboles que le dan a la mañana
la magia de un óleo del ayer
Te veo cuál eres, Diosa mía.
El color que despierta
en el pincel desde la paleta,
cae suave en la imaginada receta que mezcla la pintura,
y perpetua ese mirar.
En ese momento, el día que tardo en llegar,
despierta en un abrazo que ni yo entiendo.
El zorzal se anuncia desde el limonero, que este año no dio frutos y descansa, 
mientras que el medio día, me haya contemplándote, como al mar, 
oyendo tu respiración, sintiendo la humedad deliciosa de tú inmensidad.

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