miércoles, 8 de marzo de 2017

Vestida de cielo

Camino a orillas del rió mencionado 
Y siento como tu sangre que ahí mora, palpita.

Su gloria se posa ante ti.
Se arrodilla penitente, 
como lo haría yo.

¿Puede tu sangre antigua, 
correr como el viento hacia mí?

En un segundo, el tiempo se detiene
Dice tu nombre, te llama, desde mis labios
Grita, ¡amor mío!
Sobre las olas se aleja como como vendaval.

Te recuerda mi memoria, vestida de cielo
en aquel callado verano, luego de mis desvelos
y hoy, este homenaje mujer, para ti
saberte mía, es mi mejor consuelo.

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