viernes, 24 de marzo de 2017

Troya

Como una noche de verano
en el otoñal marzo.
La descarada brisa se cuela
y en esta estrellada noche, ¡estás!
Cómo amuletos perdidos
en los bolsillos,
cada cual busca el suyo,
y lee la respuesta,
¡te espero!
No trences tu pelo
¡deja! 
Que la feliz inocencia
aparezca en esta hora.
Sino es así, 
le robarás a la naturaleza quien eres
y partirás con tú nombre
guardado en un sobre.

Entonces pienso, 
cuantos amores 
se lloraron en esta ventana.
Cuantas veces, el la vio y calló.

Qué bello el amor, que cruel
En eso, me despierta una bocina 
de algún conductor,
que disfruta de su razón
y grita su argumento.
Me aparta un instante de ti.

En fin sol brillante, Helena
Tu, que alcanzaste la eterna dicha, 
de ser la mujer que logro hacer que el hombre,
luchará la batalla más importante de todos los tiempos... 
Aparte de ello.
Aquí te espero.

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