martes, 21 de marzo de 2017

Mientras se quema el tiempo

Aunque sus manos como arado 
se entierren en la tierra de tu piel.
No podrás sentir jamás,
esto que devora mi corazón,
que es como el cáncer,
que no tiene cura.

Aunque el desierto de tu presencia
se valla tras una efímera esperanza,
no alcanzarás del agua beber, 
las últimas horas, 
de lo que rodeo la embelesada divinidad de ti.

El premio de lo qué eres, 
me lo guardo a sabiendas 
de que todo el amor que alguna vez sentiste, 
fue mío.

Claro que tengo miedo,
claro que sí,
Pero el orgullo es nada,
cuando amas así.

El viento del sur 
trae tu perfume, 
y de eso me alegro.
porque se que aún late en tu pecho, 
ese divino corazón.

Nada puede y todo, 
eres la viva pasión, 
la viva imagen de ti 
quedó en mi, para siempre.

No hay comentarios: