Bajo el mismo cielo
se seco el manantial
que proveerá la eternidad
a mis egoístas labios
que hieren tu fragilidad,
y dormirá en mi vergüenza.
De la nada, o por todo
sangra ahora mi corazón
y no entiendo porqué
Si fue dulce veneno mi amor
o la amarga salvación el desamor.
La bendita agua de la cascada
que existe dentro de la tierra
y que debería caer sobre mi,
saciando mi sed, ya no brota.
Que crueldad la mia, que avaricia...
por robarle a mi alma la sed,
deje en el limbo de aquél corazón,
una herida profunda y dolor.
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