sábado, 28 de enero de 2017

Anoche

El reflejo oscuro del cielo 
se apoya en estas tranquilas aguas, 
este Río de la Plata que nuevamente
te alejo de mi, hoy quizá para siempre.

La brisa que le da vida, es ausente ahora,
este mar calmo, parece una tela diamantina
que se extiende en la soledad callada de la noche
y en su leve balanceo imperceptible, parece flotar.

Mis pies descalzos le acerco suavemente  
a esta plenitud silenciosa que se escurre en las rocas
la arena fría suave bajo mis pies, marca mis huellas
y sigo caminando hasta el cielo copiado en las aguas.

Primero un pie luego el otro, se hunden en el oscuro mar
voy entrando a la maravilla húmeda e inconquistable 
que no se inmuta por mi desnudez, y me hundo en ella
me sumerjo unos segundos y salgo, te busco en las estrellas.

Repentina una solitaria ola, despierta al mar
que se sorprende ante mi, y se agita a mi alrededor
dando paso a la danza interminable, que hará bailar 
a esas luces, que se pierden en el horizonte.

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