El feroz rugido de la lluvia
en mi pobre techo
las gotas interminables de agua
corren gritando cual jauría
La furia despiadada del cielo
se empecina en esas latas
el corcho del brindis celestial
callo por ahí como rayo
Pero el liquido de su botella
inundo mi patio todo.
cual enorme pedernal sobre las nubes
saltan chispas increíbles que iluminan.
La noche queda blanca cual paloma de la paz
la brumosa majestuosidad como manto
se pierde hasta el cerro que también se pierde
el aire cálido acaricia mi cuerpo desnudo
que entrego a la noche sin pudor.
En el viejo banco de mi patio me siento
se fue de pronto la lluvia
queda su húmedo sabor
que relato como fue.
El viento ahora fresco
me aparta de mi sitio con desprecio
me aparta o me avisa
vuelve la lluvia
que le quita a la hierba, tu perfume.
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