El invierno se prepara en el jardín de ensueños.
aunque el brillo del sol, desborde su verdor.
Aunque canten en armoniosas discordancias la aves
y el mullido pasto, que crece sea olvidado.
La brisa de enero, que por momentos quema
y en otros también,
revolotea entre los arboles.
El anacahuita parece peinarse de lado,
dejando crecer
un cerquillo redondeado que peina la brisa.
El esbelto pino, que no hace mas que silbar
parece distante en pensamientos,
alejado del mundo.
Entre los cítrus
que colman sus ramas de flores y frutos
camino lentamente
respirando ayeres.
El tronco enorme de eucaliptos
que yace acostado cual gigante
verdea sus lados
con un musgo estañado, de los juegos que se fueron.
Mientras llego a la muralla que nos aparta del resto del mundo
la ola, de verdes colores, llega a mis rodillas acariciándome
salpicándome de insectos que pululan su magna presencia.
Pero en toda esta belleza, se puede ver
como el invierno se prepara.
Algunas nubes, rajan el paisaje
que se perpetuara en mi memoria.
El diminuto rosal que vive en la antigua maceta
entrega pequeños rubíes, que apenas perfuman
y claman lluvia en una danza frenética que contagia.
El general otoño
llegara en un suspiro.
Mientras el mimo, que regala besos color fucsia
se desvive en festejos bajo este sol.
Casi terminando la tarde como a esta hora
el calor que agobia se desprende del ambiente
llevado por el frescor
que trae el pampero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario