Llora la mañana
que despertó el hornero con su alegría
llora con silencioso sentimiento.
El gorrión se pasea por el patio
con sus incansables saltos
mientras llueve.
Apenas el frescor en el aire
mueve la cortina
y me toca en la cama.
Me levanto
y descalzo recorro la casa
que se inunda de olor lluvia.
Los jazmines que corte
dan pinceladas que perfuman
y la atmósfera se hace mágica.
El cielo, aunque es día se oscurece
la lluvia se detiene, hace una pausa
como tomando fuerzas para volver a atacar.
Los cristales en mis cristales
suavemente se deslizan
caen al olvido se pierden.
Lluvia de verano,
pájaros alegres,
frescor de amaneceres en la ventana.
cae otra vez al suelo
la lluvia
y me aprovecho de su magia, para volar.
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