jueves, 26 de enero de 2017

Noche de tormenta

Noche de tormenta que impera
fuera de la casa y dentro de mi.

Los relámpagos apenas son visibles
como niños jugando escondidas
se oyen sus voces, quizá lejos no se
pero siguen ocultos en la nubes.

En la oscuridad de la noche y de la casa
comienza el susurro inconfundible
de miles de pequeñas gotas de lluvia
que se lanzan a la tierra, como una bendición.

Es un mágico momento 
que jamas quiero perderme
y recorro cada habitación y en sus ventanas
soy testigo de ese milagro que pocos saben apreciar.

Las cinco y diecisiete y el rayo cae
haciéndome saltar, erizando mi piel
como un beso inesperado o esperado
como aquella noche, como tu y yo.

Se detiene el aguacero que duro unas horas
empapando aquellas migas de pan 
que regale a esos visitantes charlatanes
que despiertan al mundo con su canto.

La luz del alba, perpetua suavemente
todos los sentidos que me llevan a ti
veo a través del vidrio en la cocina
como los gorriones se disputan las migajas.

Saltan como acróbatas en un circo
bufoneando a sus iguales con suaves brincos
la torcaza, cae en el circulo y los espanta
pero ellos, no se olvidan del festín, 
al igual que no me olvido yo de ti.

Las ansiadas perlas que la emoción saca de mis adentros
se amalgaman con las ultimas gotas de lluvia 
que parecen traerte a mis labios, como ríos en mis mejillas
haciendo dulce el salado recuerdo, del adiós.









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