Anoche, apenas dormí,
te pensaba fuerte mi corazón,
despunta el día, como si una lumbre gigantesca
brillara tras el horizonte, que apenas diviso.
La cigarra, que aturde en este día de verano
me aleja de nosotros, de mi instante quimera
se va la ensoñación que sentí real
en el indiferente canto de la azul esfera.
Levanto suavemente la cortina
y dejo que el verdor entre a casa
pequeños suspiros de brisa, besan mi mano
como un perro fiel, lame a su amo.
En voz baja, digo tu nombre
y a ese acto lo refleja un suspiro
una inhalación que llena mis pulmones
y casi vacía el mundo.
Es otra mañana que se derramara en ti,
las ausencias no son indiferentes
y tu esencia vive y vibra en mi mente
porque eres todo el amor, que este hombre siente.
Preparo el ritual, para morir otro día
mientras dure el desahucio, que se lleva mi vida
pensare en ti siendo bálsamo a tu camino
y rogare a Dios, sea en tus brazos, mi destino
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