jueves, 19 de enero de 2017

Hiedra

El sol del verano arrecia con grata magnificencia.
Sentado en la pequeña sombra, apenas respiro, 
mi rostro al cielo mis ojos cerrados 
como si fueran mi guarida perfecta 
se van abriendo lentamente, igual 
que el sol cuando se deja caer sobre el horizonte 
en una danza muy remota, que hasta hoy cautiva.
Con la rapidez de un rayo, caen los recuerdos 
que angustian el momento.
La música que compartimos 
flota en esta tarde de verano 
penetra, 
no solo en mi imaginación, sino en la piel.
Tus pies... cuanto los amo
la belleza de tus piernas, 
palacios celestiales que venero.
En fin, 
mientras cuelgan cual gotas de roció en mis ojos
las saladas chispas húmedas que desbordan el corazón,
quiero, lentamente cerrarlos
 a la vez 
que ese nudo en la garganta me ahoga, y me ahoga.
Azul cielo, celeste cielo
que te dibuja en alborozas lineas imaginarias
que crea mi mente.
bella mujer, simple y perfecta obra de Dios
cada cual busca lo suyo, y yo busque tu olvido
Pero,,, que hermoso es recordarte
que bello es recordarte.
no dejar un solo detalle al azar
Recordarte, recordarte y recordarte
Estas en todos los hoyitos de mi pecho
y seguirás allí
 como la hiedra.

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