Una vez en un río
toco mis pies
un pequeño barco de madera
que flotaba solo en el agua
Una pequeña embarcación
del tamaño de mi corazón
que apenas entra en la mano
y me embarcó en su mar.
y me embarcó en su mar.
Cuide de ella todo el tiempo
casi, como si fuera mi salvación
demostrándole que era su dueño
sin sentirme su dueño.
Mucho tiempo estuvo conmigo
hasta que se dejo de sentir especial
hasta creer que no la miraba como antes
Una vez, otra vez y otra vez
boto a la mar por su cuenta.
se fue a recorrer el mundo
con sus velas blancas al viento, como alas
ese barco lleno de vida
tenia anclas como otros
pero nunca fue amarrado a mi muelle.
Su libertad me heria suavemente
"miedo a perderle"
y me daba una paz inocente
que alimentó sin dudas
el sentimiento, mi amor
a pesar de las mareas altas
y otras de la bajamar.
Ese pequeña embarcación
lleva mi alma en su interior
aunque no soy su dueño
la siento mía, desde siempre
el hastió que provoca estar varado
no lo compensa el bardo que te nombra
ni la idea de sentirme en el mar, tu sombra.
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