lunes, 30 de enero de 2017

Viendo el cielo

Siento asfixiarme, en esta inmensa noche.
grande es la noche, grande el día
el mismo cielo a cualquier hora
eterno, como la falta de amor o la agonía. 

El farol estelar, que rojo brilla sobre mi
no logra hacerme dar con la bahía
a la deriva, sin ancla ni vela, va esta barca
que se condena en su propio abismo.

Quiero respirar y siento las horas como las olas
que castigan el viejo casco que se hunde y emerge
sin atisbo de mar en calma que me lleva,
hasta el principio de la corriente, que a la orilla me devuelve.

Sin cadenas y encadenado
sin mas, ni menos, sin nada, y con todo en contra
busco la ruta entre las islas de mis errores
que son peñascos eternos gigantescos.

se pierden algunos bajo la mar de la cordura
y otros se elevan hasta las nubes
mostrando mi culpa cual bandera pirata
 dejándome ver al espejo eterno de la condena.

Así respiro, en turbios reflejos de nada
que parecen orbitar para siempre
como los planetas el firmamento
como la sed en mis labios o tú, en mi mente.





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